Permiso para deshacer

Esta mañana cuando me dirigía a la oficina presencié una escena de las tantas que se ven en RD, pero de manera tan obvia y descarada, que la impotencia casi me mata en el camino. Como al final lo que me queda es escribir y desahogarme por esa vía, aquí les cuento lo que pasó.

Esta mañana cuando me dirigía a la oficina presencié una escena de las tantas que se ven en RD, pero de manera tan obvia y descarada, que la impotencia casi me mata en el camino. Como al final lo que me queda es escribir y desahogarme por esa vía, aquí les cuento lo que pasó.Como de costumbre los agentes de AMET ocupan toda la Avenida México en Santo Domingo para agilizar de alguna manera el tránsito a horas de la mañana. Yo voy conduciendo, y cuando me estoy acercando a uno de los semáforos el oficial hace seña para que nos detengamos. Al igual que los demás conductores a mi derecha, con tiempo suficiente reduzco la velocidad y me paro dejando el paso de zebra o línea del peatón libre (Como se supone debe ser), y una vez cruzando ya los autos de la otra vía, llega un jeep de mi lado izquierdo y como el má mejor, el final de lo muñequito, se detiene a más de dos metros después de la línea del peatón, quedando en medio de la intercepción de ambas calles, torcido, casi en diagonal, como toda una bestia salvaje. A esto, el AMET, que le queda justo al lado, en lugar de llamarle la atención, simplemente le hace un saludo militar, como diciendo: ¡comando, usted puede hacer lo que quiera, olvídese y dele pá llá! Inmediatamente asumí que se trataba de un oficial de uno de los cuerpos del “orden y la seguridad nacional”.

Aunque son cosas que sabemos que pasan a diario en mi querido país, me quedé atónita por el descaro ya con que se hacen. Cuando el AMET al fin nos da paso, yo quedo del lado izquierdo de Johnny La Bestia, y curiosa al fin espero pasarle para fijarme bien en el pedazo de gente que conducía, cuando lo miro, efectivamente, el pana portaba un uniforme de la Fuerza Aérea, y como si fuera poco lo que hizo, él va muy entretenido y emocionado hablando por el celular.

Me encanta ver cómo vestir un uniforme militar o un carnet le da permiso automático a este tipo de individuos para hacer lo que les da la gana, porque al final los pobre AMETs no pueden exigirles nada sin que los llamen “mojón” o derivados de éste, y hasta corran el riesgo que ser despedidos. Esta es una de las grandes razones por las que lamentablemente República Dominicana no va a llegar a nada. Así que por el momento seguimos con la idea del exterminio total, que es la opción más viable para arreglar nuestra adorada selva de cemento. Vergüenza debería darle no solo al verdugo éste sino a todo aquel que hace ese tipo de cosas con la frente muy erguida, porque mientras más salvaje me comporto al conducir en las calles, mejor chofer soy, ¿!según ellos uté ve!?